Cómo ser sorora sin perdernos en el intento
publicado por Keit Zdanova elLa sororidad es esa complicidad o alianza que creamos entre mujeres y que nos permite apoyarnos, ayudarnos, escucharnos y sobre todo, nos permite crear lazos de empatía con otras mujeres a nuestro alrededor. Es un término que inspira y que ha hecho mucho por el movimiento feminista y es la clave para que este movimiento crezca y se fortalezca día con día.
“Una forma cómplice de actuar entre mujeres para que nos aliemos, trabajemos juntas, empujemos las agendas y los movimientos”.
-Marcela Lagarde
Pero habiendo crecido en un país machista, muchas veces poner en práctica la sororidad es más difícil de lo que parece, pues es un proceso largo y de autodescubrimiento, ya que, al ser un concepto relativamente nuevo (al menos en México) no nos enseñan realmente qué es. Por el contrario, existe cierto aprendizaje por condicionamiento social en donde la competencia entre nosotras está normalizada y es algo que como mujeres tenemos que desaprender día con día. La integración de la sororidad en nuestras vidas diarias es el redescubrimiento de que esa competencia no es sana ni buena y no nos permite crear oportunidades no solo para unas, sino para todxs.
1.- El apoyo, admiración y reconocimiento: Apoya las iniciativas de tus hermanas, celebra su éxito, comparte sus logros y sobre todo exprésalo, muchas veces nos quedamos calladas por miedo o vergüenza pero dilo, ya sea por mensaje, carta o en persona, diles a las mujeres en tu vida cuanto las admiras.
2.- Crear un espacio seguro. Acércate a las mujeres de tu vida, hablen sobre fortaleza emocional, empoderamiento y autoestima. Las inseguridades y miedos son algo que todas vivimos, pero con el círculo de apoyo emocional correcto el amor propio siempre ganará.
3.- “Haz compitas”, no compitas 😎. Los comentarios negativos, la crítica y la envidia son pensamientos y reacciones naturales en el humano, la diferencia radica en qué hacemos con esas emociones. Apoya y celebra a las demás como ellas te celebrarán a ti, no permitas que la competencia inventada te aleje de la empatía y sororidad.
4.- Habla fuerte. No te quedes callada ante actos de machismo, no justifiquemos acciones perjudiciales. A veces es difícil aceptar que el machismo vive intrínseco en la mayoría de las personas y que, si bien siempre se puede cambiar, no podemos darle la espalda a aquellas que hablan y alzan la voz. No juzgues su voz, escucha.
5.- Corta con lo que hace daño. La rivalidad entre mujeres suele hacer presencia desde que somos chicas y es difícil darnos cuenta de que forma parte de nuestro comportamiento durante la adultez. Rompe con eso, la unión y complicidad siempre será mejor y más gratificante que una rivalidad sin sentido.
6.- Ve más allá de la apariencia. Aprendamos a aceptar y ser empáticas con las demás y su viaje. No juzguemos la apariencia de las demás y entendamos que las mujeres vienen en todos los colores, formas y tamaños. Eso es lo que nos hace únicas.
7.- Respeto y tolerancia. Respetemos las decisiones de las mujeres y entendamos que cada quién decide cómo vivir su vida y su sexualidad. Nadie debe ser juzgado por eso, porque muchas veces criticamos lo que no entendemos o compartimos.
La sororidad es algo que debemos practicar todos los días, pero no tiene porqué ser una carga o una pérdida de nuestra identidad, gustos y decisiones, al contrario, debe ser el medio para crear comunidades fuertes donde te sientas apoyada, querida y respetada.
Platícanos en nuestras redes ¿cómo practicas la sororidad en tu vida?