Reescribiendo el mito griego: Medusa.
publicado por Keit Zdanova elSi como la mayoría, viste Hércules o cualquier película o serie sobre la mitología griega, entonces lo más seguro es que has escuchado de Medusa, pero ¿realmente sabes la historia de esta figura femenina? No te preocupes, aquí te vamos a platicar más sobre ella y por qué mucho de lo que sabes es información bastante alejada de la realidad de su historia.
Empecemos por lo que conocemos; Medusa es una representación de la ira femenina, de lo irracionales y vengativas que podemos ser, es un monstruo del inframundo, hermana de Esteno y Euríale. El mito cuenta que ella con tan solo ver a sus víctimas a los ojos, los convertía en piedra.
“Huye, porque si tus ojos se petrifican con asombro, ella te convertirá en piedra” - Gaspare Murtola
Pero ¿cuál es la verdad dentro del mito? Ella era una sacerdotisa encargada de proteger el templo de la diosa Atenea. Pero mientras cumplía con sus deberes, fue violada por Poseidón, sí, al que todos conocen como el “señor de los mares”. Ante este acto horrible, ella pierde sus privilegios y es castigada ¿les suena familiar?
Atenea ve esto como una deshonra ante ella y su templo, así que decide castigarla, y ¿cómo lo hizo? pues transformó su cabello en serpientes y le otorgó la característica por la que todos la conocemos: convertir en piedra a quien se atreviera a mirarla.
En muchas interpretaciones, incluso se habla de un embarazo, pero al final esto no importó ya que Medusa es desterrada, humillada y, si ya conocen la historia, saben que termina trágicamente, ya que fue decapitada en su cueva mientras dormía.
El “héroe” fue Perseo, quien tenía como misión acabar con la vida del demonio femenino. Pero él, a diferencia de Medusa, tuvo la ayuda de los dioses Atenea y Hermes: El semidios es enviado por Polidectes, en una misión para traer la cabeza de Medusa. Utilizando un escudo de bronce reflejante para proteger sus ojos.
El mito también dice que del cuello de Medusa salió lo que sería su descendencia: el caballo Pegaso y el gigante Crisaor. Perseo, como el hombre insensible que era, usó la cabeza de ella para derrotar a sus enemigos y desde entonces, la cabeza de Medusa (con las serpientes) pasó a ser la única imagen representativa de esta figura mitológica.
Pero no se preocupen, Medusa regresa años después para ser reivindicada.
En la Revolución Francesa y durante un tiempo, Medusa se convirtió en la fuerza del cambio. Los rebeldes jacobinos la utilizaron como un emblema de la “Libertad Francesa”, transformando el símbolo demoniaco en un medio para combatir el sistema. Y en el Renacimiento, la escena de la decapitación fue usada para ilustrar la influencia de la familia Medici, los principales mecenas de Florencia, y su poder sobre el pueblo. Pero fue el feminismo el que terminó destruyendo el mito (¡yaaas sisters!).
Se dice que fue el manifiesto The Laugh of the Medusa (1975) de la teórica Hélène Cixous el que marcó un punto de inflexión. Ella sostiene que el hombre creó el monstruoso legado de Medusa a través del miedo al deseo por las mujeres. Argumenta que si se atreviesen a "mirar a Medusa directamente" verían que "no es mortífera, es hermosa y está riéndose". Al documentar sus experiencias, Cixous escribió que las mujeres pueden deconstruir el sesgo sexista que considera al cuerpo femenino como una amenaza. Después de siglos de silencio, las pláticas y conversaciones sobre la cultura de la violación comenzaron a restaurar la voz de Medusa.
¿La historia de una mujer poderosa violada, satanizada y degollada por una sociedad patriarcal? Es una historia sacada de cualquier momento cultural de la historia. La forma en que Medusa ha resurgido indica la realidad de la misoginia. Podemos pensar en mujeres fuertes a lo largo de la historia que han sido pintadas como Medusa, solo por el poder y la fuerza que demuestran; los hombres temen el poder que las mujeres tenemos.
Cuando se trata de silenciar a las mujeres, la cultura sigue esforzándose mucho por lograrlo. La exclusión de las mujeres de las estructuras de poder modernas pueden trazarse hasta la era clásica. Y cada vez que una autoridad masculina es amenazada, Medusa —el arquetipo de una mujer ingobernable— se materializa para ilustrar los peligros de la acción femenina.
Es por eso que ahora el mito de una mujer iracunda y vengativa toma otro significado, y las mujeres aceptamos con fuerza que sí, todas tenemos un poco de Medusa en nosotras y que no está mal como nos quieren hacer creer. No somos seres malignos dispuestos a acabar con todos los hombres que nos vean, somos mujeres fuertes con voz y que no importa lo que nos digan, nosotras nos haremos escuchar.