¿Qué es el Female Gaze? Un factor que cambia el discurso del cine.

publicado por Keit Zdanova el abril 19, 2021

Hablemos del Female Gaze o “mirada femenina”. Qué es y por qué está cambiando la manera de hacer cine.

Es un término teórico del cine feminista que representa la mirada de la espectadora. Es una respuesta a "la mirada masculina", que representa no solo la mirada de un espectador masculino heterosexual, sino también la mirada del personaje masculino y el creador masculino de la película. El female gaze se ha utilizado para referirse a la perspectiva que una cineasta (guionista / directora / productora) aporta a una película.

La cámara recorre lentamente las curvas del cuerpo de una mujer, y todas las mujeres del público ponen los ojos en blanco. ¿Qué es esta perspectiva sensual, voraz y hasta un poco porno? Es nuestro viejo amigo, la mirada masculina. Un término teórico acuñado en 1975 por la crítica de cine Laura Mulvey que es exactamente lo que parece, una visión 100% masculina del cuerpo y vida de las mujeres. En el cine, la mirada masculina se centra en el cuerpo femenino; la mirada puede provenir del público, de un personaje masculino dentro de la película o de la propia cámara. Piensa en la escena en Transformers, cuando Megan Fox "arregla" un automóvil inclinándose sensualmente hacia su motor mientras la cámara se desliza por su cuerpo.

Es obvia la intención y los ojos de quienes decidieron hacer esa escena, innecesaria la verdad. Hemos visto esta técnica en pantalla un millón de veces, piensa en películas dirigidas por hombres (casi todas) con mujeres guapas como co-protagonistas (nunca protagonistas).

Entonces, ¿Qué es la mirada femenina? Es emocional e íntima. Ve a las personas como personas. Busca empatizar en lugar de objetivar. Es respetuosa, es técnica, es femenina y sin vergüenza. Las directoras tienen muchas opiniones sobre este término y su utilidad, ya que si bien es una herramienta que usan para combatir la mirada masculina, también puede ser vista como una división y como una lucha interna que puede dejar de lado el arte en sí de hacer películas.

La mirada femenina busca destruir los patrones y reglas impuestas por la cultura patriarcal por años en el cine, se trata de darle un significado más real a la mujer, enfocarse en sus emociones, sus vivencias y en los seres multifacéticos que somos.

“Las mujeres en esta industria respetamos y honramos nuestras relaciones y somos muy conscientes de nuestras responsabilidades con el espectador. Profundizamos, abrimos a las personas a un nivel emocional. Mi trabajo es encajar historias con el mundo real, ser sensible a lo que está sucediendo para poder seguir su proceso y recrearlo en la pantalla para que otros formen parte de. Esto significa que me tienen que dar su confianza. No veo hombres grabando tan cerca como yo de la gente. Tienden a quedarse atrás y disparar por encima de los hombros, mientras que, por lo general, yo intentaré adentrarme en el medio del círculo”. - Aileen Joan Churchill

Dentro de este contexto, la mirada 'masculina' busca devorar y controlar, y la mirada 'femenina' es más un estado de ánimo, donde el acercamiento al tema y al material es más emocional y respetuoso.

Hoy en día las mujeres representan el 2% de los productores, el 19% de los productores ejecutivos; el 16% de los editores, el 11% de los escritores; el 11% de los directores y el 4% de los directores de fotografía. El año pasado, solo el 24% de los protagonistas de las 100 películas más taquilleras eran mujeres. La sobrerrepresentación de hombres en la industria significa que la mayoría de los personajes en la pantalla son hombres y, por lo general, están rodeados de elementos que atraen al público masculino.

Incluso cuando los cineastas intentan evitar presentar personajes femeninos como objetos sexuales dándoles historias con un trasfondo más complejo, la mirada masculina sigue siendo la norma. Cuando Natasha Romanoff, interpretada por Scarlett Johansson, fue presentada por primera vez en Iron Man 2, no era más que una mujer fatal ("Quiero una", dice Tony después de conocerla) antes de que su personaje fuera explorado en las siguientes películas. Aún así, sigue siendo una representación superficial y sexy. Sí, es cierto que en películas posteriores se convirtió en un personaje completamente desarrollado. Pero esto sucedió por accidente, porque los escritores de Marvel, en su mayoría hombres, reconocieron que el público estaba intrigado por el personaje de Romanoff y podían sacar provecho de eso, no porque convertirla en una mujer humana hubiera sido su plan desde el principio.

Entonces, si la mirada masculina cosifica a las mujeres en el cine, por ende, la mirada femenina debe ser lo opuesto ¿verdad? Utilizar los primeros planos para ver los pectorales y los abdominales del hombre guapo de la película. ¡Por fin somos libres de objetivar las partes masculinas con un salvaje abandono feminista!

Pues claro que no, esa es la diferencia. La mirada femenina no se trata de afirmar el dominio femenino en la pantalla. Y no significa que podamos objetivar a los hombres. Por cierto, Magic Mike XXL (aunque para algunos es una obra maestra cinematográfica) no es un buen ejemplo de la mirada femenina.

Eso es porque la mirada masculina no se trata solo de objetivar a las mujeres. Es una forma de explicar una visión masculina limitada, donde el resto de los personajes existen principalmente para servirle a él, a sus intereses y a su historia.

El female gaze se trata realmente de usar la presencia de una perspectiva femenina en la pantalla para enfatizar las emociones y los personajes de la historia.

Si la mirada masculina tiene que ver con lo que ven los hombres, entonces la mirada femenina se trata de hacer que la audiencia sienta lo que las mujeres ven y experimentan.

Si quieres conocer más y ver películas donde “The Female Gaze” está presente, te dejamos una lista que puedes explorar para crear tu propia definición de qué es la mirada femenina para ti y lo que representa. Si quieres ver trailer de la película, haz clic en la imagen 😉

1.- Retrato de una mujer en llamas (2019) Dir. Céline Sciamma