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Mi primer anal

publicado por Alejandra Aviña el
Mi primer anal
Por Sexólogo de bolsillo

Las primeras veces son importantes porque nos enseñan a ir creando nuestros propios límites personales, y también a identificar aquellos espacios seguros y protegidos donde podamos darle rienda suelta a nuestro placer.

#sexpoileralert: ¡siempre hay más de una primera vez!

Antes de entrar de lleno a sexplorar las posibilidades del placer anal, traigo para ti un bonito manifiesto:

  1. El ano es un territorio corporal equitativo: todes tenemos uno.
  2. El ano no tiene identidad de género ni orientación sexual.
  3. Saber que existe la posibilidad de explorar tu placer anal no te obliga a nada.
  4. El placer anal no es para todes.

Un poco de ANOtomía

Perineo. La piel que hay entre el ano y los órganos sexuales de la pelvis (pene y testículos, o vulva). Está lleno de terminaciones nerviosas hipersensibles. 

Glúteos mayores. También se llaman nalgas. Es uno de los músculos de la pierna; el más grande del cuerpo humano.

Esfínter anal externo. Es la primera “puerta” de acceso. Está hecha de un músculo que podemos contraer a voluntad. De hecho, si aprietas el ano en este momento te darás cuenta de su fuerza y también de las sensaciones internas que provoca.

Después del esfínter anal externo llegas al esfínter anal interno, la segunda “puerta” de acceso. No tenemos tanto control sobre este esfínter, pero podemos aprender a relajarlo. Cuando introducimos algo con la intención de provocarnos placer, éste es el músculo que pone más resistencia. El esfínter puede contraerse por sí mismo, pero no puede quedarse contraído (a los 60 segundos vuelve a relajarse). Los dos esfínteres se abren y se cierran para dejar pasar a las heces fecales.

Entre el esfínter externo y el interno se encuentra el canal anal: dos centímetros llenos de terminaciones nerviosas que nos pueden hacer sentir dolor o placer. Cabe mencionar que dolor y placer no son necesariamente experiencias contrarias, ya que para algunas personas la estimulación “ruda” les puede provocar un dolor muy placentero.

Después del esfínter interno está el recto, un músculo tubular del tamaño de un puño. El recto tiene pocas terminaciones nerviosas (por lo que casi no duele) y una pared intestinal que se puede lastimar muy fácilmente si no utilizamos lubricantes durante la estimulación. 

En personas peneportantes, la próstata se encuentra justo a 5 centímetros del esfínter anal externo y a la altura del recto (se alcanza con un dedo). Tiene forma de nuez con alas o de “snitch”, la pelota utilizada en el juego de Quidditch por Harry Potter. En personas vulvoportantes se localiza a 3 o 5 centímetros de la entrada de la vagina y aunque su tamaño puede ser variable, suele ser muy parecido al de una lenteja (también se alcanza con un dedo).

Toco, masajeo y aprendo: explorando en solitario

Para empezar a sexplorar el placer anal puedes apoyarte primero del masaje externo. Toca suavemente el perineo con las yemas de los dedos, juega con las presiones y hazte consciente de todas tus sensaciones. 

Dirígete al ano y masajéalo en forma circular con ayuda de un buen lubricante base agua o base silicón. No olvides que a mayor lubricación, mayor relajación. 

Siente las texturas. Pon atención a tu respiración, y si te llegan los nervios, detente un momento y respira profundo. Introduce poco a poco un dedo sin dejar de hacer movimientos circulares para ir dilatando gradualmente. Identifica el cambio de temperatura. Si te animas, puedes introducir más de un dedo al mismo tiempo. Sube como si quisieras tocar el ombligo a través del recto, y si tu próstata se encuentra a este nivel, la sentirás como un bulto firme. 

Permítete presionar las paredes del recto para potenciar la experiencia. Puede que con el vaivén de los dedos tengas una sensación de presión como si fueras a orinar o a evacuar, es normal. Intenta no tocar pene o vulva, solo enfócate en la región anal. 

Explora sin prisa, pero sin pausa. 

Repite en caso de ser necesario.

Otra forma de jugar: Loki Wave

Loki Wave es un masajeador próstatico con diez niveles de vibración y dos motores situados en puntos exactos para estimular por dentro y por fuera. Lo mejor es que está al alcance de cualquier persona con ano. 

Aquí mi sexperiencia:

Decidí darme un baño con agua caliente para bajar mi frecuencia mental, aumentar la relajación corporal y también para despertar la sensibilidad y la sensualidad. Después, encendí velas y le di play a la rolita “Debilidad” de Javiera Mena.

La forma de Loki Wave es bastante ergonómica y fácil de manipular, lo que me permitió hacer uso de sus patrones de vibración para estimularme el cuello, los pezones, las ingles e incluso la uretra (esto fue ma-ra-vi-llo-so). Todo esto bajo el ritmo de la música y de mi energía erótica corporal.

La sesión de estimulación externa con las vibraciones de Loki fue larga (o al menos así la sentí), casi-casi como si me estuviera “untando” sus vibraciones en la piel. Esto me dispuso a querer sentirlo por dentro. 

Percibí a las vibraciones internas como si “abrazaran” algo que mi conciencia no alcanzó a distinguir, pero a la vez registré sensaciones que me llevaron a experimentar un tipo de placer expansivo y atemporal (ya me puse muuuy filosófico). También decidí caminar mientras tenía a Loki por dentro y la verdad fue bastante divertido.

En resumen, ¡creo que todes podemos necesitar a un Loki Wave en nuestras vidas!

La consigna: ¡libera tu ano! (si tú quieres, claro)

Liberar el ano es declarar que todos los cuerpos, todas las identidades y todas las sensaciones tenemos derecho a existir y a manifestarnos.

Liberar el ano es una metáfora del placer: dime qué tan apretado tienes el ano y te diré cuanto te resistes a explorar tu propio placer (del tipo que sea).

Liberar el ano es apostarle a la felicidad. Felicidad deriva de felîcis, que significa “fecundar” y “ser fecundade”; el equilibrio entre el dar y el recibir, algo así como un “coger” y “dejarse coger por la vida”.

Te dejo mucho anor.

Por David Moncada @sexologodebolsillo

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